Los próximos 16 y 17 de abril el Parlamento Europeo votará acerca de la obligatoriedad de indicar la procedencia de origen de los productos que se comercializan en la Unión Europea, como, por ejemplo, el calzado. Para muchos fabricantes europeos de zapatos el resultado de esta votación es vital para el futuro del sector, ya que se obligaría a especificar en dónde se ha fabricado cada par que se vende en los mercados comunitarios.
Aunque en un principio todo parecía indicar que los eurodiputados votarían en contra de esta propuesta, el lobby del sector del calzado en Bruselas, la Confederación Europea de Industrias del Calzado (CEC), considera que «no está claro cuál será el resultado de la votación». Según Carmen Arias, secretaria general de CEC, «todavía hay probabilidades» de que se apruebe definitivamente la obligatoriedad de la etiqueta made in. Tras reunirse el pasado año como distintos comités del Parlamento Europeo, Arias asegura que tanto los comités de Comercio Internacional, Industria, Investigación y Energía y Asuntos Jurídicos como el comité que lidera esta iniciativa, el de Mercado Interior y Protección del Consumidor, están a favor del marcado obligatorio del origen en los productos de consumo.
«Este etiquetado permitiría a los consumidores reconocer dichos estándares, pudiendo así valorar el nivel de seguridad que se ha sido exigido en la fabricación del producto»
La mayor oposición al proyecto de etiquetado viene de países como Alemania, Austria y otros muchos países del norte de Europa que no destacan por su producción de bienes de consumo. Para ellos, el etiquetado supondría un sobrecoste adicional a las empresas y aportaría una información que para el consumidor, según alegan, carece de interés. Por contra, los países con una fuerte industria como, por ejemplo, la del calzado (Italia, España, Portugal, etc.) exigen la necesidad de etiquetado obligatorio del origen para proporcionar «mayor transparencia y trazabilidad a los productos fabricado en Europa de acuerdo a los estándares de calidad exigidos por nuestra legislación, tanto sanitarios, como medioambientales y sociales», explica la secretaria general de CEC. «Este etiquetado permitiría a los consumidores reconocer dichos estándares, pudiendo así valorar el nivel de seguridad que se ha sido exigido en la fabricación del producto», añade Arias. El marcado de origen ya es obligatorio en muchos otros países como Estados Unidos, Canadá, Japón o China.
En caso de que se rechace el etiquetado obligatorio, la CEC no se dará por vencida y advierte de que promoverán una nueva iniciativa legislativa una vez se renueve la Eurocámara
Aunque Carmen Arias se muestra optimista de cara a la próxima votación del 16 y 17 de abril, en caso de que se rechace el etiquetado obligatorio, la Confederación Europea de Industrias del Calzado no se dará por vencida y advierte de que promoverán una nueva iniciativa legislativa una vez se renueve la Eurocámara en funciones a finales de 2014. «Con la creciente y necesaria toma de consciencia en relación con los temas medioambientales y sociales en donde está instalada Europa, sabemos que es una cuestión de tiempo y que tarde o temprano, este etiquetado será un hecho y no un motivo de discusión», asegura la portavoz del lobby del calzado europeo en Bruselas.
Fuente: Revista del Calzado 25/03/2014